jueves, 12 de agosto de 2010

Episodio 19 - Hokuto no Ken 2


En las aventuras de Kenshirō haciendo explotar gente en la isla de Shura, se puede distinguir a los tres generales Rashō del Hokuto Ryūken, y un peculiar transfondo basado en 'Star Wars'. No creo considerar disparatado señalar vínculos con una saga considerada literalmente una religión, si pensamos que la serie post-apocalíptica desde un comienzo presenta notorias referencias de las afamadas películas de Mad Max y se nutre de la cultura popular de los ochentas, como en este caso en particular, que se percibe a simple vista el parecido con Arnold Schwarzeneger.



Pero, sólo basta con señalar los indicios que se pueden hallar en Jukei, el maestro encapuchado que yace en un pantano quien se dedicó a transmitir el Hokuto Ryūken, un arte marcial milenario y considerado demoníaco por lo demás, que podría asimilarse fácilmente con el lado oscuro de la fuerza, si tomamos en cuenta que sólo el Hokuto Shinken es el que prevalece al final. Por cierto, la figura femenina de la imagen se llama Leia.


Antes de proseguir con la leyenda del salvador a fines de siglo, les doy la bienvenida a una nueva edición de Shabrani Budu con problemas de hipermnesia y glosolalia, sí, también regresa todo ese lenguaje propio de un prefacio de libro que nos ha acompañado y se ha convertido en parte intrínseca de las analogías (Again, legendary men... Returns). Realmente es un agrado volver a conspirar para ustedes, y espero que logren acomodarse a la próxima tanda de episodios con temáticas algo distintas al ámbito acostumbrado, más que nada pretendo rematar todo el material en esta última temporada (Get ready for the next battle).

¡Qué Rasputin bendiga a mis lectores! Sigo adelante con parecidos bastantes superficiales que se pueden encontrar en los pocos capítulos de la segunda parte de Hokuto no Ken. Vamos por orden de aparición:


En la segunda ocación en que Bask se arroja con el Kazan Gokuaki Shō, logra un cierto parecido con el movimiento Psycho Crusher de Vega de Street Fighter II.


El caza recompenza Ein tiene cierto parecido con Max Eagle de Savage Reign.


El guardián de la isla de Shura que ostenta a ganarse un nombre, tiene cierto parecido con Balrog de Street Fighter II.


El general Rashō Han tiene parecido con Zero de The King of Fighter 2000.

Al parecer lo único sustancial que se puede extraer, sería la explicación de los golpes de 'dudosa proveniencia'. En la imagen se puede apreciar como Han no necesita voltear para contrarrestar el ataque, o más bien se caracteriza por los golpes imperceptibles, una idea que al parecer quisieron implementar en el boss de KOF.


Hago una pausa con Urusei Yatsura, el primer éxito de la mangaka prolífica Rumiko Takahashi, que sería una de las primeras comedias conocidas que promoverían el humor absurdo.


Podemos ver como el gato gigante del kotatsu derrota sin dificultad las técnicas del Hokuto Shinken, y curiosamente la voz original de Hokuto-kun la hace el mismo Akira Kamiya. Pero no es el único anime, más parodias y homenajes se pueden encontrar en G.T.O, Projecto A-Ko, Sakigake!! Cromartie Kōkō, Arakawa Under the Bridge, Excel Saga, Ranma, Detroit Metal City, Lucky☆Star, entre otros muchos más. «He venido a salvar a Juria de malhechores como ustedes, ¡soy Kenshirō! ¡Atatatatatatatataa!».


¡Vengo a sellar tu puño! Regreso con el clásico de todos los tiempos, porque su continuación y la precuela Sōten no Ken, nunca van alcanzar el mismo éxito obtenido del enfrentamiento con los generales del Nanto y los hermanos del Hokuto Shinken, incluso así lo demuestra la saga Super Robot Taisen al imitar hasta el heraldo de la estrella de la muerte. «Adelanten hasta el último minuto».


Cabe señalar que hay más referencias, incluso algunas mucho más explícitas, pero con un vídeo es suficiente.


El protagonista desde el principio de la travesía está dotado para arrojar un poder, pero primero se debe mantener presionado el botón hasta pasar por las tres figuras del Jankenpon.


Es curioso que hasta un juego infantil de manos lo convierten en una técnica de combate infalible que, coincidentemente suele recaer en el protagonista, como se puede ver en las series Dragon Ball y HunterXHunter. En este caso expuesto de Gokū, comienza con piedra y finiquita con papel.


Ya con el flyer se puede avistar a leguas la influencia de HNK.

El general del Nanto Kōkaku Ken es el único fácilmente reconocible.

Incluso el boss de la primera fase también realiza el Denshō Reppa de Juda.

Los demás hay que distinguirlos por vagos indicios, como sucede en el caso del boss de la cuarta fase que no se sabe con certeza si realiza una técnica de Rei o Souther.


Y por último, además del símil de la apariencia con el autoproclamado Ken-oh (拳王), su nombre es Haoh (覇王).

Estaría terminando con:

En la intro nos encontramos con los hombres de Jado que inevitablemente recuerdan a la pandilla de Zeed.


La inclusión de estatuas ornamentales de culturas pretéritas es un concepto que se desprende de la ambientación del mundo distópico en HNK.


En el punto más alto de la torre, digamos que, en el desenlace del torneo se encuentra Jado, el auto-proclamado rey de la lucha que combate con aura y protegido por una armadura.


Tiene cierto parecido con Feyd-Rautha de la adaptación de la novela de ciencia ficción Dune. Pero, a diferencia de la armadura, utiliza un traje para sobrevivir a situaciones adversas en lugares áridos e inhóspitos, a yermos en simples palabras.


También se puede comparar con la apariencia y el traje futurista de Random Hajile en Snatcher.

Cabe señalar que la joyita ciberpunk de Hideo Kojima presenta notorias referencias de Blade Runner y Terminator, como se puede apreciar en la intro:


Para terminar les dejo el final de Zazi, porque se convirtió inmediatamente en mi personaje predilecto al imitar el destino de la estrella del conquistador Raoh.

Estaría concluyendo la analogía de una serie que normalmente se asocia con sujetos 'viriles' y con adversarios del tamaño de una casa de dos pisos, como por ejemplo Earthquake de Samurai Spirits, pero a pesar de no ser precursora de nada, más que presentar una era apocalíptica marcada por personajes atípicos y el Kung-fu, aún sigue vigente con fieles adeptos, y así lo demuestra el éxito de Hokuto Musō. «Los vídeojuegos de la saga los estaría reservando para el Bonus».





Omae wa mō shindeiru.

Comienzo por la aventura gráfica con ilustraciones bastante llamativas, desarrollado por Enix en el mismo sistema NEC PC-8801 en donde Hudson Soft realizó su propia versión de la franquicia de Nintendo que más tarde se conocería con el nombre de Super Mario Bros: The Lost Level, y en donde también se vería nacer a Snatcher, entre otros.

Uff...Prosigo con la piedra angular de todos los males producidos por Toei Animation para Famicom, por lo demás, se hace difícil enfatizar algún aspecto positivo sin robarle una línea al Angry Nerd, pero digamos que al menos cumple con hacer explotar al adversario y hacer que Kenshirō se rasgue el atuendo. 


Esta obra escatológica capaz de condenar a los siete avernos shintoístas a quien escuche su abrumador e infernal apartado sonoro, sorprendentemente goza de publicidad. Se hace evidente la pretención meramente comercial colgándose de la fama que, a la vez indica el año 1986 como un período próspero y de mayor apogeo de la serie, y no sólo lo digo por la múltiple cantidad de vídeojuegos, sino también coincide con el año de la película de animación.   


La secuela no menos nefasta es también del mismo género belt scroll action de perspectiva lateral, pero al menos es un poco más vistosa y forma parte de la minoría que se basa en la continuación de la serie, específicamente en la historia del Gento Kōken. Este título se conocería más tarde en occidente como Fist of the North Star y sería el primero para la consola NES.


Luego siguen las versiones RPGs que llegarían hasta la quinta entrega, siendo la última para Super Famicom.

Por supuesto, no me olvido de las versiones belt scroll action para Sega, con conversiones bastante peculiares. La verdad, no le hallo mucho sentido sustituir todas las referencias de la serie y el apartado visual, sólo para librarse de la licencia de Toei Animation y llevar el "gore" a los vídeojuegos de consola. Al menos el reemplazo de la ambientacion post-apocalíptica por parajes de la cultura china tiene coherencia, aunque un karateka abriéndose paso en tierras del Kung-fu podría ser contraversial. Esta versión tendría más tarde un remake con gráficos poligonales y se incluiría dentro del compilado retro de Sega Ages 2500.



Sin embargo, estas versiones son más agradables en comparación con las de Famicom. En la versión para Mega Drive también se modifican las alusiones a la serie, pero en el apartado visual sólo se altera la paleta de colores y se censura la sangre. Y como novedad dentro de un género generalmente lineal, se tiene la opción de elegir diferentes rutas a seguir, incluso hasta devolverse.



La versión de GameBoy sería la precursora de los figthing's games que luego llegarían a Super Famicom, pero siendo el más popular y propicio para competir, la entrega para la placa de Atomiswave.


Estaría terminando con Punch Mania: Hokuto no Ken, una versión inaudita y la única disponible para salón de arcade, comparable con la máquina de Sonic Blastman. Ahí tenemos a Ken Masters practicando el Hokuto Hyakuretsu Ken, contra Uighur el carcelero de la prisión de Cassandra.


El hombre de su eterna Juria también está presente en los vídeojuegos Famicom Jump: Hero Retsuden y Jump Ultimate Stars.


Para el próximo episodio, no se pierdan la analogía auditiva de los ♪Parecidos Musicales♪ 


つづく... Continuará.

2 comentarios:

Søusa dijo...

Como siempre, dejé algunas similitudes pendientes y, otras las reservé para actualizar el primer episodio de Hokuto no Ken, para que fuera igual de contundente. Saludos.

Toxico dijo...

Entre Han y Zero no es solo la apariencia física lo que da la similitud, si no que además casi todos los nombres de los movimientos de Zero provienen de nombres de técnicas de Hokuto Ryuken.

De hecho me parece que la misma risa es en las mismas sílabas (cosa inusual para la cantidad multitudinaria de tipos de risas que hay en el mundo oriental).